Investigación científica: un gobierno macrista "podría significar varios pasos hacia atrás"
En el espacio "Tu Macondo. Esas noticias que no le interesan a nadie", que cada viernes tiene lugar en Radiocracia, Matías Sapegno y Verónica Mac Lennan entrevistaron a Alejo Irigoyen, investigador científico del Centro Patagónico (CENPAT – CONICET) que hace poco fue galardonado en la 11° edición del Concurso Nacional de Innovaciones por un proyecto que “apuesta a desarrollos tecnológicos que aporta mejoras a la comunidad, cuida a los animales y que además fue fabricado con bajo presupuesto”.
Consultado sobre las manifestaciones de las comunidades científicas respecto de un eventual triunfo del macrismo, Alejo expresó que le genera “miedo” pues podrían ser “unos cuantos pasos atrás cuando se está yendo para adelante y bastante bien” y contó que cuando decidió estudiar su carrera, la gente le decía que estaba loco y que terminaría en el exterior o desocupado, pero que, sin embargo, le toco “vivir el apoyo a la ciencia y a la educación investigativa”.
- Comentanos cuál fue el desarrollo que presentaron en el concurso.
- Es una cámara de filmación conectada a la superficie y que la utilizamos para investigar el habitad submarina. Hace tiempo que veníamos trabajando con buceo: bajábamos nosotros mismos a tomar muestras, a ver y hacer los trabajos. Por una cuestión de seguridad y de querer ir más allá, empezamos a desarrollar estas tecnologías y herramientas.
- ¿Qué uso tendrá?
- Nosotros empezamos en un proyecto que se trata de cartografiar y mapear fondo. Mapear fondo sería como si uno tuviera los mapas terrestres, en los que ve el relieve, qué tipo de hábitat existe, si hay bosque. Es como reproducir lo que uno tiene en tierra pero con el fondo marino. Por una cuestión lógica, de ser un ambiente acuático, que no están tan visibles se complican y ahí es donde entrar a jugar distintas herramientas de trabajo. Entre ellas, la visión con una cámara de operación remota, en este caso.
- Alejo, buscando información sobre tu carrera, aparecen algunas noticias que cuentan que estuviste involucrado en el hallazgo de un ancla, ¿cómo fue eso?
- Fue una sorpresa, de esas que te el trabajo. Con Gastón Trobbiani, que es con quien hacemos todos los trabajos en el marco de una prueba de la cámara en el golfo San Jorge, bastante más al sur de Puerto Madrin, tomamos unos videos y después, analizando en el laboratorio, vimos una figura un poco extraña, a la que poco a poco le fuimos visualizando la forma de un ancla antigua. Luego volvimos al lugar buceando, y se trataba de un ancla que, por lo que dicen quienes saben, es del siglo XVII.
- No sé si escuchaste la frase de Eduardo Belgrano Rawson, relativa a que en Argentina vivimos un poco a espaldas del mar, ¿qué opinión tenés vos, desde la ciencia, al menos?
- Desde la ciencia, y como individuo, totalmente. De espalda desde la manera de cuidar los recursos, de explotarlos, de disfrutarlos. Nuestra propia cultura tiene poco de mar, cuando en realidad tenemos mucho mar a disposición. Ahí yo veo un cambio, sobre todo con este proyecto ‘Pampa azul’ que se está impulsando. Ahí hay otra mirada más fuerte. El juego de palabras ‘Pampa Azul’ creo que refleja lo que leyeron de Belgrano Rawson.
- ¿Sos biólogo?
- Tengo 34 años, soy biólogo, oriundo de Neuquén y estudié en la Universidad Nacional de la Patagonia y ya antes de recibirme, trabajaba de pasante y colaborador en los proyectos de investigación del Centro Patagónico. También hice el doctorado en Ciencias Biológicas.
- Podes no responderme, pero quería preguntarte sobre las manifestaciones que ha habido en los útlimos días, desde el sector científico, referidas a lo que podría pasar con un eventual gobierno de Mauricio Macri, ¿a vos qué te genera?
- Miedo. La verdad es que estamos conmovidos de mala manera con lo que pasó el domingo porque es un potencial gobierno de derecha. Para nosotros es un bajón. Podrían ser unos cuantos pasos atrás cuando se está yendo para adelante y bastante bien.
- ¿Tenés la fantasía de encontrar un tesoro?
- Como anécdota nomás, te cuento que en el caso del ancla, cuando bajamos a bucear, seguimos una cadena larguísima. Por una cuestión de tiempo y de que habíamos ido con el objetivo de hacer otro trabajo, tuvimos que salir y seguir trabajando. Nosotros reportamos a los especialistas en arqueología submarina para que se encarguen y ellos se encargaron. Pero todo el mundo nos empezó a decir: ‘¿Y si al final de la cadena hay un barco?’. Así que nos quedó una sensación rara.
- ¿Tenés ganas de decir algo más, Alejo?
- Me quedé pensando en la pregunta que me hicieron. En el 2000, cuando empecé a estudiar biología, la gente a la que yo consultaba me decía que estaba loco, que iba a terminar yéndome al exterior o desocupado. Pero a mí me tocó vivir el apoyo a la ciencia y a la educación investigativa. Es hasta el día de hoy que tengo trabajo y la posibilidad de hacer lo que me gusta. Entonces eso, quiero compartir que viví los buenos años en que se apoyó a la investigación