Libertarios en el paraíso: trolls, motosierra, fascismo explícito y vaselina para la casta

Detalles: Publicado: 02 Marzo 2024

Por JP Gavazza

Javier Milei, jefe de la organización criminal Estado, pedófilo en el jardín de infantes con los niños envaselinados contra la pared, blanquea en público un nuevo delito: después de la estafa preelectoral que cada vez se hace más grande, va por una desembozada extorsión a las gobernaciones, aunque disfrazada de pacto con los mismos de siempre.

Mezcla rara de penúltima porongueada para la tribuna y arrugue de barrera liso y llano. Péndulo entre el Fujimorazo y la rendición de El León a los pies de la casta.

El presidente Peluca se subió al banquito, pero no se baja del pony: el mensaje del viernes night, despliegue incesante de mentiras, cosecha ovaciones deliradas y cocainómanas desde los palcos. Se sienten como ratas por su casa en el nido legislativo. En una orgía de gasto público, el gobierno de La Maldad Avanza llena las gradas con aplaudidores del club de fans que integran el ejército de trolls, el chetaje de la noche porteña, los public relation, personal trainners y strippers que serán funcionarios de ANSES y de PAMI.

Narnia es un mundo demasiado real en comparación con los delirios del paraíso de la Comarca Libertaria, donde el presidente Peluca, nunca Peruca, no habla de trabajadores, ni de pobres, ni de viviendas, ni de educación, ni de salud. Negacionista, además, del terrorismo de Estado y de la pandemia. Básicamente, así como la justicia social es aberrante, también suena inmundo aquello de que la realidad es la única verdad.

Por eso mismo, escenas de fascismo explícito: como nunca antes ocurrió en la democracia argentina, ni a La Yegua se le ocurrió, la filmación oficial también se hace a motosierra limpia. La rebanada deja sólo caras bonitas y libertarias. Los opositores y los comunes tienen el mismo destino que el INADI, Télam o el leguaje inclusivo: eliminados, ¡afuera! Más Goebbels no se consigue.

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Como el ladrón cree que todos son de su misma condición, Peluca supone que toda institución, oficina gubernamental o regla básica de convivencia es un invento para coimear. Entonces propone que el Estado se retire de modo absoluto: que ya no financie ni siquiera a los partidos políticos de la democracia, con la expectativa de que las campañas -tal como ya ocurrió con su proselitismo presidencial- las banquen el narcotráfico y las multinacionales que desprecian las fronteras de un país.

Después, billetera mata León: Peluca propone una cometa para los gobernadores. Un toma-daca contante y sonante: si me dan la Ley Ómnibus tengo para ustedes un Plan Platita. El nuevo arreglo por abajo de la mesa no hará desaparecer la guerra inminente entre libertarios y federales.

Antes de proponer el abrazo, la lengua del jefe de la organización criminal repite, como en un proceso epiléptico, casta-casta-casta. Algunos de los degenerados fiscales se convierten prontamente en los niños del jardín de infantes y se muestran dispuestos a envaselinar un arreglo en el que está muy claro qué parte les tocará poner a las provincias.

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Peluca gusta más del látigo que de la zanahoria, herramientas predilectas después de la motosierra y la licuadora. Sádico 24x7, el gobierno de La Maldad Avanza celebra todo daño, especialmente si es a los débiles, y ostenta su capacidad de festejar el dolor y la tristeza populares.

Peluca hace todo para chocar la calesita, pero una mayoría de los caballitos repetidos de esa ronda (CGT, Corte Suprema, partidos tradicionales) todavía se distraen, coquetean, miran para otro lado o se meten bajo la alfombra, y le siguen permitiendo que maneje la sortija en vez de pararle el carro.

Culposos y mediocres, los integrantes de esa clase que hizo todo para que lleguemos a este punto de desconcierto, ahora son capaces de la agachada final: entregar al pueblo atado de pies y manos, en La Docta. Miran con entusiasmo la posibilidad de abrazarse en la tierra de Conan, que murió pero vive en los clones anarcolibertarios. Pasa que al margen de los trolls y de las gradas delirantes del nido de ratas, mayo queda muy lejos. ¿Serán suficientes Las Fuerzas del Cielo? Por abajo del puente, en las fuerzas del suelo, habrá hasta entonces incesantes dolores y violencias, y capaz que reacciones. Pasarán cosas.

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